Vistas de página en total

viernes, 26 de octubre de 2012

Cuentos de mi abuelo (LAS CAMPANAS HABLAN). 1ª Edición en NABAUENSA directamente


Cuentos de mi abuelo (serie)

 

LAS CAMPANAS HABLAN (Título)

... Me cogió de la mano y empezamos a caminar. Íbamos dando patadas a las hojas que se nos ponían por delante. Nuestro ánimo estaba más bien alegre a pesar del otoño. Pues os tengo que decir que mi abuelo no soportaba el otoño. ¿Que por qué lo sé? Pues él me lo había dicho y repetido muchas veces. Nunca me daba razones pues él mismo decía que no las tenía. Esto que os estoy diciendo son historias que mi abuelo vivió cuando era adolescente y joven. Sin embargo, él me ha contado muchas más cosas sobre su vida y milagros.

Aquella tarde no quisimos separarnos de los alrededores del pueblo pues a pesar de que estábamos de buen humor y nos sentíamos con fuerzas suficientes, preferimos deambular cerca de las orillas del poblado. Parece como si mi abuelo quisiese contarme algo especial.

No sé cuántas vueltas dimos ni a cuántas hojas les dimos patadas. Lo que sí sé es que yo, como otras tardes, me sentí cansado. Miré a mi abuelo y él, que era buen psicólogo, enseguida se dio cuenta de lo que deseaba. Nos sentamos sobre un margen y, cuando estábamos recordando alguna de las canciones que él cantaba en su juventud, se oyó "el coche de los muertos". Bueno, ya me entendéis. Quiero decir el coche publicitario. Anunciaba la muerte de un vecino de la población en la que había nacido yo y donde vivía mi abuelo desde hacía cuarenta y seis años.

Al oír, aunque de lejos, los altavoces, mi abuelo me dijo:
- Calla y escucha a ver si es algo que nos pueda interesar.
Abuelo -le contesté- ¿es que vas a comprar algo?
- No -repuso mi abuelo- es que me parece que están anunciando la muerte de alguna persona. Y... nunca se sabe. Puede morir algún conocido o familiar y puede que nos interese saber quién es.

A la vez que hacíamos el silencio, mi abuelo le daba a la cabeza como recordando y queriéndome decir algo.

- Abuelo -le dije- ¿en qué estás pensando? ¿Es que crees que es alguno de los pocos que aún viven de tu edad? Pues no le des más a la cabeza y vamos a caminar.
Entonces él, acurrucándome sobre su regazo, me dijo:

- Calla y escucha. Dlannnnnnnn, Dlannnnnnnn, Dlannnnnnnnn. dannnnn - Dannnn, Dinnnn - Dinnnnn. Dannnn - Dannnn, Dinnnn - Dinnnnn ...

Abuelo -le contesté- estoy escuchando y sólo oigo como unos sonidos de campanas. ¿Me quieres decir qué pretendes enseñarme con ese sonsonete?

Entonces mi abuelo, haciendo como si quisiera cerrarme los ojos, siguió haciendo sonsonear las campanas. Oí cómo hablaba con otro anciano de su edad y recordaban la de cosas que decían las campanas en su época. Unas veces a muerto, otras a arrebato, otras a fiesta. Cuando doblaban a muerto, enseguida sabíamos si era hombre o mujer. En su tiempo no había megafonía. A lo sumo, en algunas casas había una radio.

Tomás, -oí decir a mi abuelo-
¿Te acuerdas cuando volteábamos las campanas en las vísperas de las fiestas? ¡Qué alegría inundaba nuestro cuerpo y nuestra mente! ¡Qué regocijo en el pueblo!
¿Te acuerdas lo que gozábamos repicándolas cuando bautizaban algún niño? ¡Qué jolgorio para los familiares y allegados!
¿Te acuerdas qué jaleo formaban las cuatro campanas de la torre el día que se propagaba algún incendio? ¡Qué de preocupación para los afectados y cuánta solidaridad entre los vecinos llevando cada uno su cubo de agua y formando aquella cadena humana desde la acequia!

Sí -contestó Tomás-. Sin embargo lo que no podía soportar era cuando doblaban a muerto. Es que parecía como si hablasen.

Hablasen -respondió mi abuelo- ya lo creo que hablaban. Desde cualquier sitio a donde llegara su sonido, enseguida sabíamos si se trataba de arrebato, fiesta o muerte. Más que sonar, hablaban. Tanto hablaban que, al toque de arrebato acudían todos los vecinos provistos de sus cubos y otros enseres par apagar el fuego.

Al oír la palabra fuego, di como un respingo. Mi abuelo, tierno como un felpudo, me apretujó contra su pecho y me dijo:
- Horacio, ¿Dónde estabas?

domingo, 21 de octubre de 2012

Álber Durero y sus matrices mágicas. 1ª Edición en NABUENSA y MediaFire

http://www.mediafire.com/?voc14v3d9cd2ozg

El artista alemán realizó un cuadro muy famoso en el que incrusta varios motivos. Uno de ellos, el más sobresaliente posiblemente, trata sobre matrices mágicas y juega con el tema. Este trabajo pretende descifrar, para los no avezados, el tema de números generatrices y matrices mágicas. para hacerlo más ameno e intuitivo lo he querido hacer en Presentación de PowerPoint

jueves, 11 de octubre de 2012

Pensamientos 1. 1ª Edición en NABUENSA y MediaFire

http://www.mediafire.com/view/?3ddwsdit51imptc

Es un trabajo sobre pensamientos muy profundos que no se asimilan a simple vista. Es preciso recrearse en ellos, rumiarlos y sacar conclusiones. Tanto la música como las imágenes son de antología. Realizado en formato PPS